Terminamos aquí con la descripción de las distintas categorías de lo colectivo, no sin antes resaltar que a cada una de estas modalidades de grupalidad, corresponde un estado mental diferente en cada uno de sus miembros. Esto es importante, porque una misma persona que forma parte de un grupo primario (su familia) pero que también es integrante de un grupo secundario (en su trabajo), y además de un agrupamiento (en el club), seguramente puede manifestar aspectos diferentes de su personalidad en cada una de estas situaciones, porque cada una de ellas requiere de un modo de participación diferente.
Pero lo que queremos destacar es que el grado de influencia que ejerce el pensamiento o el ideal del grupo sobre la conducta de sus miembros, es diferente en cada uno de ellos. Saber diferenciar estas características particulares de cada grupo nos sirve de herramienta a la hora de encontrarnos frente a ellos y al momento de tener que tomar decisiones sobre cómo deberemos actuar frente a una banda o a una muchedumbre. Por ejemplo, saber a quién nos tenemos que dirigir para disuadir conductas, así como identificar aspectos en un grupo que pueden producir conductas que se transformen en violentas y diferenciarlas de aquellas que son simples expresiones emocionales que se extinguirán pronto. Conocer acerca de la durabilidad de los distintos grupos, nos ayuda a darnos cuenta si los fenómenos que se producen serán pasajeros (y, por lo tanto, no será necesario intervenir) o se harán más extensos.
Me encantó el último parrafo. EXELENTE ♥ Buen blog.
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